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lunes, 28 de marzo de 2016

ALBERT FISH

Albert Fish “El Abuelo Asesino”. (19 de mayo de 1870 - 16 de enero de 1936). Fue un asesino en serie y caníbal estadounidense. Es también conocido como el "Hombre gris", "El hombre lobo de Wysteria" y posiblemente como "El vampiro de Brooklyn". Fish nació en Washington el 19 de mayo 1870 con el nombre de Hamilton, aunque poco después lo cambió por Albert.
Tras la muerte de su padre, y hasta que su madre pudo hacerse cargo de él, fue enviado a un orfanato donde recibía constantes palizas y vejaciones , incluso sexuales, y en su mente se fue forjando una gran afición por el castigo, divirtiéndose infligiendo dolor a los demás y a él mismo con acciones como frotarse desnudo con rosas con espinas, prender fuego a bolas de algodón e introducirlas en su ano y sobre todo insertándose agujas alrededor de los órganos genitales. Una radiografía posterior mostró un total de 29 agujas en sus testículos.
A los veinte años mantiene relaciones homosexuales y ejerce la prostitución homosexual en Washington, en dónde viola a un niño y asesina a su primera víctima.
En esa época comienza a sufrir alucinaciones de tipo religioso y vive obsesionado con la idea del pecado, creyendo que la única forma posible de expiación es a través del sacrificio personal y el dolor.
Él mismo se inflige castigos masoquistas automutilándose, como señalabamos frotando por su cuerpo desnudo rosas con espinas, hundiéndose agujas de marinero en la pelvis y en los órganos genitales... en una ocasión es sorprendido en su habitación completamente desnudo, masturbándose con una mano y con la otra golpeándose la espalda con un palo del que sobresalen unos clavos.
Oficialmente, fue detenido ocho veces: entre las que sobresalen la primera por tentativa de estafa, luego por robo, por pago con cheques sin fondos, y otra por cartas obscenas a los anuncios de agencias matrimoniales de los periódicos.
En 1890, Fish se muda a Nueva York donde comienza a violar sistemáticamente a muchachos jóvenes, casi todos de clase baja, un crimen que siguió cometiendo incluso después de su matrimonio concertado en 1898 (se casó con una mujer nueve años menor que él y tuvieron seis hijos). Poco después fue arrestado por malversación de fondos y sentenciado a prisión, yendo a la  cárcel estatal de Sing Sing en 1903, lugar donde mantuvo relaciones sexuales con distintos hombres.
En alguna ocasión afirma ser Jesucristo, y sostiene que San Juan le habla y que el mismo Dios le ordena cometer sacrificios humanos.
En 1898 comenzó a trabajar como pintor de casas a lo largo de Estados unidos, pero no dejó de lado su afición, llegando a violar a más de 100 niños, la mayoría menores de 6 años. Además, frecuentaba prostíbulos en los que pagaba por ser azotado.
Entre 1910 y 1924 intentó asesinar a varias personas, la mayoría niños o deficientes mentales, no llegando a consumar ninguno es estos crímenes.
En enero de 1917, su esposa lo abandonó. Fish comenzó a escuchar voces, el mismo decía que seguía las instrucciones de Juan el apóstol. Es internado tres veces en un hospital psiquiátrico, dejándolo salir al poco tiempo en cada ocasión
A pesar de todos estos delitos, la policía neoyorquina tardaría nada menos que seis años para poder inculparlo por asesinato.
"Escuchaba voces que me decían cosas y, cuando no las comprendía todas, trataba de interpretarlas con mis lecturas de la Biblia... entonces supe que debería ofrecer uno de mis hijos en sacrificio para purificarme a los ojos de Dios de las abominaciones y los pecados que he cometido. Tenía visiones de cuerpos torturados en cualquier lugar del Infierno..."
Albert Fish fue capturado por la policía el 13 Diciembre de 1935, que lo logra a través de una carta de Fish enviada a la madre de una víctima que había secuestrado, en dónde le cuenta sus aficiones por el canibalismo y cómo se decidió a probar carne humana por primera vez con el cuerpo de su hija.
En noviembre de 1934 la señora Budd recibió una carta cuyo contenido la dejó de una sola pieza: "Querida señora Budd: Hace algunos años, mi amigo el capitán John Davis, zarpó de California hacia Hong-Kong, que por aquel entonces estaba sufriendo hambrunas. Las calles se habían vuelto muy peligrosas para los niños menores de 12 años, pues existía la costumbre de matarlos, cortarlos en pedazos y vender su carne como alimento.
Antes de partir a New York mi amigo capturó a dos niños (6 y 11 años respectivamente), los mató, guisó su carne y se la comió. Esa es la razón se que hace unos años yo acudiera a su casa el 3 de Junio de 1928 y, con el pretexto de acompañarla a una fiesta infantil que iba a dar mi hermana, me llevara a su hija Grace hasta una casa abandonada de Westcher County, Worthington, donde la estrangulé, la corté en pedazos y comí parte de su carne. No me la tiré. Murió siendo virgen."
La señora Budd sufrió un terrible shock que la llevó a ponerse en contacto con la policía, que tras una férrea investigación, logró determinar la procedencia de la carta.
Siguieron la pista de Albert Fish hasta una mísera pensión de la calle 52 donde fue arrestado.
En su declaración, Fish afirmó que después de haber estrangulado a la niña, le quitó la ropa, le cortó la cabeza con un trinchante y partió su cuerpo en dos con una sierra a la altura del ombligo.
Escondió la mayor parte del cuerpo en el lugar del crimen y se llevó consigo cierta cantidad de carne, que cocinó de varias formas (con zanahorias, cebollas y con tiras de beacon), y que consumió durante el curso de las semanas siguientes.
Mientras le estudiaba un psiquiatra, Fish confesó que se sentía obligado a torturar y matar niños, y que solía actuar siguiendo ordenes divinas de Dios, cuya voz oía frecuentemente.
En cuanto al canibalismo, Fish contó que esos actos le provocaban un estado de éxtasis sexual muy prolongado.
Finalmente Alberto Fish, quien fuera bautizado “El Abuelo Asesino” admitió haber abusado de al menos 100 niños y haber asesinado otros 15.
Como comentábamos al principio, sus perversiones no se limitaban a otras personas ya que el también disfrutaba al infligirse dolor a si mismo. Uno de sus sistemas favoritos era clavarse agujas alrededor de los genitales.
Una radiografía descubrió un total de 29 agujas en el interior de su cuerpo (algunas con tanto tiempo que habían empezado a oxidarse).
También confesó las emociones que experimentaba al comerse sus propios excrementos, y el obsceno placer que le producía introducirse trozos de algodón empapado en alcohol dentro del recto y prenderles fuego.
Los hijos de Fish contaron como habían visto a su padre golpeándose el cuerpo desnudo con tablones con clavos hasta hacer brotar sangre.
Finalmente fue condenado a la silla eléctrica, siendo ejecutado el 16 de Enero de 1936 en lo que según el propio condenado, fue la experiencia más agradable y afrodisíaca que jamás experimentó.
Albert Fish (acudió a su ejecución entusiasmado en busca de nuevas experiencias).


FILMOGRAFÍA


Director: JOHN BOROWSKI
Guionista: JOHN BOROWSKI
Intérpretes: COONEY HORVATH, DEREK GASPAR, NATHAN HALL, OTO BREZINA

Productor: JOHN BOROWSKI
Música: COREY A. JACKSON
Fotografía: ERIC RICHTER





Sinopsis:

Está basada en los hechos reales del asesino en serie y canibal, Albert Fish, un hombre muy mayor que decía seguir los mandatos de la Biblia. Sembró de terror la ciudad de Nueva York, secuestrando, torturando y asesinando, en su mayoría niños.






EL HOMBRE GRIS








martes, 10 de febrero de 2015

PSICÓTICOS

La característica principal o lo que le diferencia del resto de asesinos, es que nos encontramos ante un enfermo. La pérdida del contacto con la realidad es lo que genera sus acciones incontroladas y fuera de todo sentido común. Su percepción de las cosas y de lo que sucede a su alrededor se ve de tal forma alterada que su reacciones se ven condicionadas hasta el extremo de que nada ni nadie puede sacarle del error en que se encuentra. Una observación importante es el origen de ésta psicosis, que a grandes rasgos derivaría de una causa endógena ya sea el enfermo típico o por causas exógenas debido al consumo masivo de alcohol o drogas lo cual provocaría ese estado psicótico.
Estos individuos presentarían cuadros de alucinaciones, delirios, cambios fuertes de humor o estado de ánimo.Debido al desorden mental que se produce en éstos individuos, la escena del crimen la definiríamos como desorganizada, fiel reflejo de lo que sucede en su cabeza.Generalmente actúan en la zona donde se desenvuelven, habitualmente dejan numerosas evidencias y su localización resulta menos ardua que si de un psicópata se tratase.
Otra de las características importantes es su aspecto descuidado tanto en su aspecto personal como su domicilio, vehículo etc., y desorden en su vida tanto afectiva como social. Suelen ser solitarios y ofrecen una apariencia extraña a los demás.En este apartado tendríamos que incluir a los llamados asesinos en masa, ya que sus acciones son debidas a una reacción generalmente paranoica.                                                                                       


                   ED GEIN

                                  
                                     


Aparentemente era un hombre inofensivo... pero su personalidad ocultaba algo terrible que convirtió su granja en un “matadero humano”. Sus espeluznantes crímenes proporcionaron a Hitchcock las bases para su clásica película de terror Psicosis.
En la tarde del 8 de diciembre de 1954, un granjero de Plainfield, en Wisconsin, entró en "la taberna de los Hogan" a echar un trago en esa fría tarde de invierno descubriendo con espanto un gran reguero de sangre que cubría las tablas de madera del suelo. La propietaria Mary Hogan, había desaparecido.
El sheriff observó que no había señales de lucha aparentes y que la caja registradora seguía llena, pero determinó que la mujer había sido asesinada y que su cuerpo había sido arrastrado hasta un coche que esperaba fuera. Los informes forenses tan sólo confirmaron las conclusiones a las que había llegado el sheriff y no arrojaron ninguna luz sobre el caso. La desaparición de Mary era un misterio.
Aproximadamente un mes después de este suceso, el propietario del aserradero de Wisconsin comentaba el caso con un hombre pequeño y tímido que vivía en una granja de madera a pocos kilómetros de allí. Su nombre era Ed Gein.
Gein vivía solo desde la muerte de su madre en 1945 y se ganaba la vida haciendo toda clase de trabajos a los vecinos de Plainfield. Fue su habilidad en este tipo de trabajos, por la que este hombre de complexión débil, mediana edad, pelo rubio y ojos azules empezó a ser conocido entre las gentes del lugar como una persona trabajadora, cumplidora y fiable pero excéntrica.
El propietario del aserradero no se llevaba muy bien con Gein. Encontraba extremadamente difícil hablar con él porque a veces éste comenzaba a reír con nerviosismo sin motivos como un desequilibrado, o por sus comentarios inoportunos que dejaban a la otra persona sin saber que decir.
En una ocasión, un hombre recordó que Gein solía sentarse solo en un rincón de la taberna mirando fijamente a la dueña del local absorto en sus pensamientos con una jarra de cerveza, y supuso que estaba enamorado de la mujer. Le sugirió bromeando, que si le hubiese hablado a Mary con claridad de sus sentimientos, probablemente en ese momento estaría en su granja cocinando y esperando a que volviera en lugar de haber desaparecido presumiblemente asesinada. Gein, con un extraño gesto puso los ojos en blanco y le respondió con una de sus conocidas sonrisas: "No está desaparecida. Ahora mismo está en la granja". El hombre se encogió de hombros y no le tomó en serio, después de todo, era el tipo de comentario que se esperaba de él...
Nació el 27 de agosto de 1906, hijo de madre austera y fanática religiosa que despreciaba a su débil y borracho marido. Cuando ambos discutían, que solían hacerlo con frecuencia, el hombre se emborrachaba y pegaba a sus dos hijos.
Desde el primer momento, la vida de Ed estuvo completamente dominada por su madre, quien se había prometido a sí misma que su hijo no sería nunca como esos hombres lascivos, ateos y alcoholizados que veía a su alrededor. Seguía una disciplina muy dura castigando a sus hijos, y era incapaz de darles el consuelo y el amor de una madre.
Gein no tuvo contacto con otros niños, pues todo el mundo suponía ante los ojos de esa madre una amenaza para la pureza moral de su hijo. Así fue su vida durante treinta y nueve años hasta que la mujer moría víctima de un ataque al corazón, dejando tras ella un hombre dependiente, reprimido y sólo, en un mundo que apenas comprendía.
La mañana del sábado 16 de noviembre de 1957, Ed Gein asesinaba a la dueña de la ferretería del pueblo, Bernice Worden, disparándole una bala con su viejo rifle de caza del calibre 22. También en esta ocasión se llevó el cadáver en la furgoneta, dejando el suelo del local encharcado de sangre. Pero esta vez, habría un testigo... el libro de contabilidad. En su última anotación, figuraba el nombre de Ed Gein, a quién habría vendido su último anticongelante.
Dos oficiales de la policía arrestaron a Gein, mientras otros dos se dirigían inmediatamente hacia su granja con la intención de llevar a cabo un registro. Al pasar dentro, el sheriff sintió como algo le rozaba el hombro, y al volverse se topó con un cuerpo decapitado de mujer con un profundo agujero en el estómago que colgaba del techo.
Después de recuperarse del shock por el horror que habían presenciado, y tras pedir ayuda por radio, los dos hombres volvieron a la casa.
El cadáver colgaba de un gancho por el tobillo y con un alambre le habían sujetado el otro pie a una polea. Habían rajado el cuerpo desde el pecho hasta la base del abdomen, y las tripas brillaban como si las hubiesen lavado y limpiado.
No había duda que el causante de ese terrorífico espectáculo era una persona enferma. Era difícil de creer que un ser humano pudiera vivir allí. Por todas partes se veían montañas de basura y desperdicios, cajas de cartón, latas vacías, herramientas oxidadas, excrementos, revistas pornográficas, de terror y de anatomía humana, chicles pegados en las tazas y una dentadura sobre el mantel de la mesa...
Más tarde, en cuanto llegaron más patrullas, se descubrió en el interior de la casa todo el horror que allí escondía. Había varios cráneos esparcidos por la cocina, unos intactos y otros partidos por la mitad y empleados como cuencos.
Una inspección más detenida reveló que una de las sillas de la cocina estaba hecha con piel humana, como las pantallas de las lámparas, las papeleras, las fundas de los cuchillos e incluso alguna prenda de vestir, como un chaleco o un cinturón formado con pezones humanos.
Entre los más atroces descubrimientos, se encontraron unas cajas con los restos humanos pertenecientes a diferentes cuerpos sin identificar, el corazón y la cabeza amputada de Bernice Worden en una bolsa de plástico, una colección de nueve máscaras de piel humana con el pelo intacto, de las cuales, cuatro colgaban en la pared que rodeaba la cama de Gein.
Había decorado el interior de su casa de madera con esas máscaras confeccionadas con tiras de piel procedentes de auténticos rostros humanos y con los cráneos colgados de las columnas de su cama.
La única habitación de la casa que parecía normal era una sellada con tablones en la puerta y perfectamente ordenada... la de su madre. Desde que su madre muriera en 1945, doce años antes, la habitación había estado cerrada con clavos como un sepulcro. Ed explicó a la policía después de su detención que después de su fallecimiento, su madre se mantuvo en contacto con él durante más de un año, hablándole mientras se adormecía. Dijo que había sido en esa época cuando desarrolló su fascinación por la anatomía. Le fascinaban los reportajes sobre la operación de cambio de sexo y se planteó el convertirse él mismo en mujer.
Gein declaró que tan sólo recordaba, muy confusamente, haber matado a Bernice Worden, y que los demás restos humanos que se habían hallado en la granja pertenecían a nueve cadáveres que había sacado del cementerio. Explicó que en los últimos años sentía de vez en cuando la necesidad de profanar tumbas, y que en algunas ocasiones incluso conocía a las víctimas en vida y se enteraba de sus muertes leyendo los periódicos. Luego, en la noche del entierro, se dirigía al cementerio, sacaba el cadáver y rellenaba de nuevo la tumba (eso lo pudo comprobar la policía más tarde, cuando al exhumar las tumbas, algunas de las que Gein había dicho, estas se encontraban vacías).
Muchos de los objetos domésticos y muebles que se descubrieron a raíz del arresto de Gein, procedían de las profanaciones de tumbas. Unas veces arrastraba cadáveres enteros hasta su casa, otras cortaba las partes para el más interesantes y se las llevaba como recuerdo.
El 30 de marzo de 1958 la casa de Gein fue derrumbada, después de correrse el rumor de que estaba destinada a convertirse en una atracción para turistas como la Casa de los Horrores. De todas formas, su camioneta Ford sobrevivió y se vendió en una subasta pública para ser utilizada en ferias locales con un letrero que anunciaba: ¡El coche de Ed Gein! ¡Vea el coche que transportó a los muertos de las tumbas!.
Los médicos del hospital Central del Estado decidieron que el asesino no estaba capacitado para ir a juicio y fue internado, pero finalmente se celebró un juicio que duraría una semana, y se le declaró culpable de dos asesinatos, pero al aducirse su locura, fue de nuevo internado.
El caso de Ed Gein es, desde un punto de vista médico, uno de los más complejos de la criminología. Voyerismo, fetichismo, travestismo y puede que necrofilia, integraban su personalidad.
Sin embargo, a medida que se iba conociendo su verdadera historia se hizo evidente que esas perversiones eran meras manifestaciones de una psicosis profunda, un trastorno mental que tenía sus raíces en la relación anormal que tenía con su madre.



LIBROS

Portada de Ed Gein

  • Libro de 
  • Plexus Publishing Ltd
  •  )
  • 192 Páginas
  • ISBN: 0859653196 ISBN-13: 9780859653190


FILMOGRAFÍA

Ed Gein



Título original:Ed Gein (In the Light of the Moon)
Año 2000
Duración 89 min.
País  Estados Unidos

Director Chuck ParelloGuión Stephen Johnston 
Música Robert McNaughton & Gustav Cezario
Fotografía Vanja Cernjul
Reparto Steve Railsback, Carrie Snodgress, Carol Mansell, Sally Champlin, Steve Blackwood, Nancy Linehan Charles, Bill Cross, Travis McKenna, Jan Hoag, Brian Evers
Productora Tartan Films / Unapix Films
Género
Thriller. Terror | Basado en hechos reales. Años 50. Asesinos en serie

Sinopsis
A finales de los años 50, un pueblecito de Wisconsin ve descender su número de habitantes de forma alarmante. En él vive Ed Gein, un hombre sencillo y solitario dominado por su posesiva madre ya fallecida. Cuando los recuerdos de ella le dominan, comienza una locura de asesinatos, canibalismo, reducción de cabezas... (FILMAFFINITY)



domingo, 8 de febrero de 2015

PSICÓPATAS


PSICÓPATAS

El Psicópata



La Asociación Americana de Psiquiatría ya describía en 1952 a los psicópatas como individuos de comportamiento habitualmente antisocial, que se muestran siempre inquietos, incapaces de extraer ninguna enseñanza de la experiencia pasada ni de los castigos recibidos, así como también de mostrar verdadera fidelidad a una persona, a un grupo o a un código determinado. Suelen ser insensibles y hedonistas, de muy acentuada inmadurez emocional, carentes de responsabilidad y de juicio lúcido, y muy hábiles para racionalizar su comportamiento a fin de que parezca correcto, sensato y justificado.



Si antes el término utilizado era sociópata o personalidad sociopática, hoy en día se define como trastorno antisocial de la personalidad.



Karpman dividía a los psicópatas en dos tipos:



* Agresivo-depredadores:

Individuos que satisfacen sus conveniencias con extremada agresividad y con una actuación fría e insensible, apropiándose de cuanto desean.



* Pasivo-parasitario:

Obtienen lo que quieren practicando sobre los demás una especie de sangría parasitaria consistente en aparentar desamparo y necesidad de ayuda y de simpatía infinitas.



Los expertos están de acuerdo en que éstos individuos no experimentan sentimientos de culpabilidad, no tienen remordimientos y sufren una falta total de empatía, a demás de una gran capacidad para fingir. De igual forma uno de los términos que más aparecen en las diversas pero coincidentes definiciones es la moral, la ausencia de moral y criterios éticos.



Estas características han llevado a algunos psicópatas criminales a fingir enfermedad mental para eludir sus actos, haciendo creer incluso que poseen una personalidad múltiple.



La Asociación Americana de Psiquiatría mencionada anteriormente tiene otro instrumento para detectar psicópatas en su sociedad. Entre los menores de quince años, son posibles candidatos a la psicopatía (violenta o no) quienes cumplan tres o más de éstos síntomas:

  • Frecuente ausentismo escolar.
  • Al menos dos fugas de casa sin retorno voluntario.
  • Inicios de peleas físicas.
  • Uso de armas en más de una ocasión.
  • Crueldad física con animales y/o personas.
  • Destrucción deliberada de la propiedad de otros.
  • Participación deliberada en más de un incendio.
  • Robos con falsificación y enfrentamiento con las víctimas.

A partir de los 18 años, una persona es un claro candidato a convertirse en un psicópata violento si cumple al menos cuatro de los siguientes requisitos:

  • Es incapaz de mantener un trabajo constante.
  • Actos antisociales frecuentes por los que puede haber sido detenido o no.
  • Irritabilidad y agresividad.
  • Incumplimiento de obligaciones económicas.
  • Incapaz de planificar a medio plazo.
  • Desinterés por la verdad. Uso repetido de la mentira, alias o bromas a los demás para obtener provecho o placer personal.
  • Despreocupación por la seguridad física, la propia y la de los demás.
  • Irresponsabilidad cuando se actúa como padre o cuidador.
  • Ausencia de una relación monógama durante más de un año.
  • Ausencia de remordimientos. Encuentra fácilmente justificación para dañar, maltratar o robar a los demás.


Robert Hare nos dice del psicópata:



"Conjuntamente, éste sujeto nos presenta una imagen de una persona preocupada por sí misma, cruel y sin remordimientos, con una carencia profunda de empatía y de la capacidad para formar relaciones cálidas con los demás, una persona que se comporta sin las restricciones que impone la conciencia. Lo que destaca en él es que están ausentes las cualidades esenciales que permiten a los seres humanos vivir en sociedad."


CANDY MAN, EL HOMBRE DE LOS DULCES


Dean Corll es más conocido como “Candy Man” (El Hombre de los Dulces), debido a que durante años trabajó en una tienda de dulces que tenía con su madre y se hizo famoso por dar dulces gratis a los niños del barrio constantemente.
Corll nació el 24 de diciembre de 1939, en Fort Wayne, Indiana en los Estados Unidos. El matrimonio de sus padres no era muy bueno y se divorciaron cuando él tenía seis años. Sin embargo, en 1950, sus padres volvieron a juntarse y se mudaron a Houston, pero volvieron a separarse tres años después.
Dean fue diagnosticado de tener un soplo cardiaco que puso fin a sus aspiraciones deportivas, y se dedicó a estudiar música. Se destacó por tocar el trombón en su escuela donde era un estudiante promedio, pero se distinguía por su buen comportamiento y por su aspecto impecable.
Mary, la madre de Dean, comenzó a hacer dulces de nuez. Corll la ayudaba y entregaba los dulces que vendía su madre. Poco después, Dean se fue a Indianápolis para cuidar de su abuela y para cuando regresó a Houston, dos años después, su madre había convertido el garaje en una tienda de dulces. Hacían los dulces de noche, mientras que en el día Dean trabajaba como electricista en la empresa de energía de Houston.
En 1964 Dean se alisto en el ejército, pero fue dado de baja un año después y regresó con su madre. Años después, cerraron la tienda de dulces, su madre se mudó a Colorado rehaciendo su vida con un nuevo marido y Dean quedó solo en la casa, manteniendo el contacto telefónico con su madre pero sin volver a verle.
Se destacaban sus relaciones con hombres más jóvenes, en su mayoría niños y adolescentes. En particular tenía dos amigos que finalmente se convirtieron en sus cómplices criminales. Estos dos adolescentes de nombres Henley y Brooks descubrieron las actividades de Corll, y este que pasaba mucho tiempo con ellos comenzó a ofrecerles dinero para que le trajesen a su casa amigos jóvenes a los cuales con engaños terminaría abusando sexualmente, torturando y asesinando.
Sus víctimas confirmadas ascendieron a 27, y se destaca el final de su serie un día, en el que sus amigos llegaron inesperadamente a la casa de Corll (a él no le gustaba que llegaran a su casa sin avisar).Tras unas cervezas y un poco de hierba, Corll estaba de mejor humor. Cuando los tres amigos despertaron, estaban atados de pies y manos. Corll se acercó a uno de ellos y le dijo: “¡Los oy a matar a todos!, pero primero me divertiré un poco”.
Uno de ellos, quien hasta ese día había sido su cómplice Henley, le pidió a Corll que lo desatara, que le ayudaría a llevar a cabo sus torturas, pero que lo dejara vivir. De alguna manera, logró convencer a Corll y ambos bajaron a los otros dos al sótano, donde Corll tenía su cámara de torturas. En un descuido de Corll, Henley tomó su pistola y le disparó seis veces en el pecho y la cabeza ocasionándole la muerte y después llamó a la policía.
Los tres adolescentes fueron llevados a la estación de policía para ser interrogados.
La casa de Corll llamó poderosamente la atención de los investigadores. En su habitación, la alfombra había sido cubierta con trozos de plástico y había un tablero montado en la pared con esposas, cuerdas y otros instrumentos de sujeción. Había también un cuchillo, cinta aislante, tubos de cristal y lubricantes.

Las cuerdas utilizadas por Dean Corll


En la estación de policía, Henley le dijo a los detectives que Corll era homosexual y pedófilo, y confeso que le pagaba para que le llevara niños a los cuales Corll asesinaba y enterraba. Todo esto generó una gran sorpresa en el vecindario ya que la versión de los vecinos y de los padres de Corll, decía que se trataba de un buen hombre, que amaba a los niños, ni homosexual, ni violento.
Todos los testigos abogaban por Corll y no paraban de decir maravillas de él lo que dificultaba la investigación policial. Su ex novia dijo que había salido con él durante cinco años y que jamás había conocido a un hombre más amable y generoso. Le gustaba ayudar a las personas y que aunque no fue una relación de tipo sexual, eso era porque Corll pensaba que eso debía reservarse para el matrimonio.
Entonces apareció un adolescente homosexual apodado “Guy” y que dijo que Corll siempre había sido bueno y considerado con él, que había visto los artefactos de tortura que Corll tenía en su casa pero que parecía que él las tenía ahí como una simple colección, no para usarlas realmente.
Wayne Henley, dijo a la policía que éste había matado a varios niños, y que los enterró en un terreno cerca de donde tenía un bote. Cuando se pusieron a cavar, comenzaron a surgir cuerpos cubiertos en cal. Algunos mostraban signos de haber muerto por un disparo, mientras que otros parecían haber sido estrangulados.
Tras un día, y con ocho cuerpos descubiertos, las autoridades volvieron a interesarse en Henley, quien dijo que él jamás participó en la tortura de los niños, pero que fue testigo de las atrocidades que cometía Corll. Entre las confesiones de Henley y de David Brooks, el otro “ayudante” de Corll, comenzó a surgir un escenario aterrador hasta que finalmente Henley no toleró la presión de los interrogatorios y confesó haber tomado parte en la tortura de los chicos, muchos de los cuales eran castrados.
Para el segundo día de las excavaciones, la cuenta de cuerpos era de 17 y alcanzando después el numero de 27.
Henley fue condenado a seis condenas de 99 años cada uno y David Brooks recibió cadena perpetua.

escritoconsangre1.blogspot.com/2010/04/dean-corll-man.html




JEFFREY DAHMER - EL CANIBAL DE MILWAUKEE



Jeffrey Dahmer fue un asesino en serie, cuyo perfil psicológico es el prototipo del hombre carente de todo aquello que hace tolerable la vida. Su actitud negativa le impidió tener amigos, relaciones, trabajo, intereses, ocupaciones, dinero, esperanzas o simplemente un lugar dónde vivir. Nunca llegó a socializar y su interior emocional se fue degradando mientras llenaba su enorme vacío con fantasmas.
Nació el 21 de mayo de 1960 en el hogar de un matrimonio problemático, compuesto por un investigador químico y una neurótica emotiva y autocompasiva esposa. Era un niño tímido y solitario que temía el abandono y daba la impresión de estar desamparado.
El joven Jeffrey no hacía más que gritar pidiendo atención desde temprana edad -aunque fuera subconsciente-, pero esos gritos no fueron oídos, ya que sus padres estaban demasiado absortos en sus propias guerras personales que los llevaron a un amargo divorcio en 1978.
Su familia cambió de vivienda seis veces antes de establecerse en 1968 en Ohio. La mayor parte de su infancia la pasó escondido en un cobertizo de madera en una colina, cazando insectos en frascos y conservándolos en formol. Pronto se interesó por la anatomía animal.
Sentía gran curiosidad por saber qué tenían por dentro y llenó el sótano de su casa con huesos de conejos, pollos y otros animales. Luego pasó a las ardillas, mapaches y otras piezas más grandes, transportaba los cuerpos hasta el bosque, donde los dejaba pudrirse, luego sumergía los restos en lejía para limpiar y blanquear los huesos.
Su madre Joyce Dahmer, tras una temporada en el hospital, como consecuencia de la ingestión de grandes cantidades de tranquilizantes y otras drogas, tuvo que guardar cama por el resto de sus días, hecho que conduciría a Jeffrey a un aislamiento inquebrantable.
A los once años ya hablaba de manera monocorde. Se convirtió en un solitario, balando como una oveja en el aula de clase y comportándose como un retrasado en las tiendas para llamar la atención de sus compañeros. También comenzó a beber y a masturbarse compulsivamente utilizando revistas para homosexuales o mirando las entrañas de los animales que cazaba. A los dieciséis años solía ir borracho a clase, donde tenía un solo amigo que era proveedor de marihuana y con quien se drogaba a diario. El joven se refería al alcohol como su "medicina", un tónico auto recetado con la intención de calmar sus momentos de angustia. Y ese alcohol a su vez, alimentaba su inclinación hacia la excentricidad.
A los diecisiete años, tras observar un joven que a diario pasaba haciendo ejercicio delante de su casa, sintió un deseo desenfrenado de poseerlo; como no se atrevía a abordarlo para entablar una conversación, optó por coger un bate de béisbol y se dispuso a esperarlo con la idea de atacarlo cuando pasara, pero afortunadamente el joven dejó de ir a correr por esa zona, salvándose así de ser la primera víctima del atormentado Jeffrey Dahmer.
Al año siguiente, su padre abandonó el hogar, y al poco tiempo, el 18 de junio, el chico tomo venganza recogiendo en la carretera a un muchacho a quien llevó a su casa y asesinó, luego metió el cuerpo en un saco de basura y lo arrojó por un barranco.
Después de esto, entró en una crisis depresiva y renunció a seguir viviendo, pero su padre lo envió a la universidad. Allí también fue rechazado por su continuo estado de embriaguez, y en diciembre de 1978 su padre lo obligó a alistarse en el ejército, pero sus continuas borracheras no cesaron. Al licenciarse fue a vivir con su abuela, en donde mostró una posible reinserción social, pues comenzó a ir a la iglesia, a leer la Biblia e incluso redujo su dosis de alcohol y encontró trabajo en una fábrica.
Pero poco duró este cambio. Al poco tiempo comenzó de nuevo a masturbarse insistentemente e incluso robó un maniquí de una tienda, que hacía las veces de compañero sexual. También empezó a frecuentar las saunas de Milwaukee, lugar donde se daban cita algunos homosexuales con el fin de tener relaciones anónimas e impersonales, pero le resultaba difícil conseguir la erección mientras sus parejas estaban despiertas, por lo que optó por drogarlos con somníferos antes de mantener una relación sexual. Después de esto, ninguno de sus amantes cuando volvían en sí, querían volver a saber nada de él, por lo que creyó más oportuno buscar un cadáver para satisfacer sus instintos sexuales.
Una noche tras asistir al funeral de un joven de dieciocho años, fue a desenterrarlo al cementerio, pero no lo consiguió porque el suelo estaba congelado debido a las bajas temperaturas. En septiembre de 1986 es arrestado por exhibicionismo indecente hecho que lo llevó a su primer análisis psicológico, siendo diagnosticada una personalidad peligrosa.
Un año después mataba por segunda vez. En esta ocasión se trataba de un joven negro al que ofreció una bebida que contenía drogas. Dahmer se despertó al día siguiente encima del cuerpo ensangrentado, pero afirma no recordar nada de lo que pasó aquella noche. Lo que sí recuerda es cómo tras levantarse, mete el cadáver en el armario y sale a comprar una gran maleta para trasladar el cuerpo a casa de su abuela. Allí cuenta que lo guardó en el sótano y lo desmembró, envolviendo la cabeza en una manta y guardándola en una estantería para hervir más tarde el cráneo y blanquearlo.
Después de eso, Dahmer comienza a matar siempre que se le presenta la ocasión. Seguía el mismo modus operandi: primero, el flirteo ofreciendo dinero a cambio de sexo, luego les ofrecía una bebida con somnífero y, finalmente, los estrangulaba. Después de matar a su víctima se quedaba abrazando el cadáver, pensando en cómo conservar las cabezas y formar una especie de altar en la habitación adornando con los huesos.
Dahmer seguía la predecible pauta de los asesinos en serie. Empezó matando cautelosamente asustado por sus crímenes. Luego el ritmo aumenta y se convirtió en una máquina de matar más efectiva. Está demostrado que estos asesinos con el tiempo se vuelven arrogantes y despreocupados convencidos de que no pueden ser apresados por ningún mortal, creyendo tener máximo poder y autoridad sobre los demás.
Dahmer mostraba muchas características de asesino organizado: acechaba a sus víctimas, les engañaba para llevárselos a su casa con la promesa de dinero y favores y, después de la muerte ocultaba las pruebas de los crímenes, pero también daba muestras de ser un criminal desorganizado: realizaba actos sexuales con sus víctimas después de la muerte, consumía su carne y sangre, las mutilaba y conservaba algunas partes como recuerdos. Esta mezcla de delincuente organizado y desorganizado es lo que se denomina un asesino "mixto".
En una ocasión una de sus víctimas logró marcharse antes de que las drogas surtiesen su efecto, y la policía efectuó un registro de la casa, pero afirmaron no haber hallado nada.
 El 30 de enero de 1989 fue declarado culpable de atentado contra el pudor en segundo grado, por seducir a un menor de 13 años con propósitos indecentes, y antes de comenzar a cumplir la condena de un año de cárcel, mató a otro joven, guardó el cuerpo en el cuarto de baño y para su mayor satisfacción sexual lo mutiló y le pintó el cráneo con aerosol.
 En marzo de 1990 se trasladó a vivir a un deteriorado piso; adquirió una larga mesa y dos grifos de plástico para extender los cuerpos de sus víctimas. Allí tomaba fotos con una cámara Polaroid de sus amantes una vez muertos. Luego, congelaba los órganos, comía parte de la carne y hervía el resto en una enorme olla antes de echarlos en un gran contenedor de basura preparado con ácido.
Normalmente, el caníbal rajaba los cuerpos desde el cuello hasta la ingle frotando las vísceras para procurarse un mayor placer sexual, pero llegó un momento en que este placer no era suficiente y con sus víctimas pensó en crear "zombies" o muertos en vida que pudiera conservar sin que se deteriorasen, agujereando los cráneos con un taladro e inyectándoles un líquido.
A veces se bañaba en compañía de los cadáveres. En el refrigerador guardaba los corazones, en el congelador las cabezas y en la cama un cuerpo descompuesto.
Así lo encontraron los policías que registraron su casa horrorizados una vez que lograron arrestarlo, tras la denuncia de otra víctima que logró fugarse de su casa.
El joven, atado con unas esposas, había alertado a la policía diciendo que un hombre con un cuchillo le había amenazado con arrancarle y comerle el corazón.
Cuando la última víctima escapó de su casa en medio de la agresión, el asesino aguardó tranquilamente a que llegara la policía y no hizo ningún esfuerzo por destruir u ocultar la gran cantidad de pruebas que guardaba en su domicilio: centenares de fotografías de sus víctimas tanto muertas como vivas, cráneos y partes del cuerpo en bidones, cajas y el congelador.
Según su abogado, si no se había resistido es porque deseaba terminar con todo aquello.
Deseaba ofrecer a la policía una declaración completa de lo que había hecho, puesto que no podía culpar a nadie salvo a él mismo.
Según Park Dietz, psiquiatra forense, que actuó como consultor en el estudio sobre asesinos en serie del FBI, Dahmer encaja perfectamente en la subcategoría que se denomina "marginal": una persona propensa a la furia asesina si cree que está siendo abandonada, con una perversión capaz de realizar actos sexuales con la víctima una vez muerta. El desorden de esta personalidad marginal está marcada por el miedo al abandono y la incapacidad de tolerar el aislamiento o el aburrimiento. Una teoría habitual es que puede relacionarse con abusos de la infancia. La gente que teme el abandono puede sentirse ultrajada cuando alguien que desean que se quede va a marcharse. En este sentido, el asesino en serie normal llega a serlo por su carácter antisocial o por tener fallas de carácter y también a través de desviaciones sexuales, normalmente sádicas y necrofílicas.
Muchos niños que no reciben la atención que ansían en casa, la buscan en la escuela. Dahmer lo hizo con sus extravagancias y su comportamiento muchas veces cómico, pero terminó siendo marginado. No sólo se sintió fracasado en su casa, también en la escuela, en la universidad y en el ejército. Era evitado y humillado, puesto de lado. Eso debió dejarle con una terrible sensación de angustia y desamparo. Por ese motivo proyectó sus sentimientos sobre sus víctimas.
 El juicio comenzó el 27 de enero de 1992. Desde el principio quedó claro que le impulsaba un trastorno mental, a pesar de que él hacía todo lo posible por disimularlo. Dahmer se mostró tan sincero y cooperador como muchos otros asesinos en serie, sin embargo, ni él mismo podía entender cómo había sido capaz de cometer todas aquellas atrocidades. Todos los presentes pudieron darse cuenta de hasta qué punto sus compulsiones y fantasías se habían apoderado de su mente, empujándole a seguir asesinato tras asesinato. Después del veredicto habló por primera vez al tribunal, dijo: "Señor juez, todo ha terminado, me siento muy mal por lo que hice a esas pobres familias y comprendo su merecido odio”; “Asumo toda la culpa por lo que hice. He hecho daño a mi madre, a mi padre y a mi madrastra, pero les quiero mucho".
El carnicero de Milwaukee fue sentenciado a un mínimo de 900 años, pero murió en la cárcel en 1994 asesinado a golpes por un recluso. Tras la noticia, los padres de Dahmer se pelearon por la posesión de su cerebro, llegando incluso a enfrentarse ante los tribunales. La madre deseaba venderlo a un hospital de investigación mental, mientras que el padre sólo deseaba enterrarlo lejos de todo el mundo y de su memoria.
También los parientes de sus víctimas, representados por un abogado, consiguieron hacer negocio con los utensilios utilizados por el asesino para trocear y desangrar. Su refrigerador se subastó públicamente, al igual que todo tipo de cuchillos, sierras, picadoras y taladros. Un grupo de ciudadanos de Milwaukee compró el lote completo con intención de montar un "museo de los horrores" para la atracción de los turistas, pero al final no se atrevieron a llevar a cabo el proyecto y destruyeron el macabro legado del caníbal.


LIBROS

 

DATOS DEL LIBRO

·         Editorial: ST. MARTIN S PRESS
·         Lengua: INGLÉS
·         Encuadernación: Tapa blanda
·         ISBN: 9780312928407
·         Año edición: 1991

They smelled the foul odors. They heard the power saw buzzing in the dead of night but neighbors never imagined the horrors happening right next door. The hot sultry night of July 22, 1991 was one the tenants of the Oxford Apartments would never forget. A panic stcricken young man--a pair of handcuffs still dangling from hi s wrists--ran out of Apartment 213 and told police an incredible tale of terror. Shaking with fear, he led officers back to his captor's lair, where they made the gruesome discovery. Inside were the body parts of at least fifteen men--including torsos stuffed into a barrel, severed heads in a refrigerator, and skulls boiled clean and stashed in a filing cabinet. Tacked to the freezer were Poloroid photographs of mutilated corpses. When investigators arrested 31-year-old Jeffrey Dahmer, they realized they had stumbled onto a "real-life Hannibal Lecter"--a sadistic murderer who told them he had saved a human heart "to eat later". What could turn a handsome, former tennis player, the son of middle-class parents, into a perverse serial killer whose unthinkable acts shocked the nation? The Jeffrey Dahmer Story takes you into Jeffrey Dahmer's twisted world of bizarre sexual encounters, mutilation and cannibalism--in one of history's most appalling true crime cases. With 8 pages of chilling photographs.


FILMOGRAFÍA


 Dahmer, el carnicero de Milwaukee (2002)
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Sinopsis:
Basada en hechos reales. Un hombre. 17 cuerpos. Su historia por fin es contada. 
Un carnicero. Un animal. Un monstruo. Jeffrey Dahmer asesinaba a jóvenes homosexuales, los descuartizaba y comía parte de sus cuerpos. En una ocasión confesó que el hecho de consumir carne joven le proporcionaba una erección contínua y lo mantenía de buen humor. Estaba fascinado por algunas partes del cuerpo de sus víctimas y le gustaba experimentar con las distintas maneras de conservarlas, incluso guardaba los genitales en recipientes con formol y hervía los cráneos, que posteriormente pintaba de color gris para que pareciesen cuencos.